
En Cien años de soledad, de Gabriel García Márquez, se habla de la peste del insomnio. A la primera que hallaron afectada por este mal fue a Rebeca, aquella que tenía el vicio de comer tierra. Fue Visitación la que reconoció en Rebeca los síntomas de esa enfermedad y cuando encendió las alarmas de lo que llegaba a Macondo, José Arcadio Buendía dijo “si no volvemos a dormir, mejor. Así nos rendirá más la vida”.
Como si se tratase de una profecía, el nobel colombiano retrató lo que muchos padecen en esta época: el desvelo y la falta de sueño. La Organización Mundial de la Salud ha elevado las alertas ante el insomnio provocado por la pandemia dadas las alteraciones de las rutinas de los ciudadanos en cualquier parte del mundo.
El confinamiento, las precauciones en cualquier lugar y las preocupaciones en general hicieron que las personas presentaran dificultades para conciliar el sueño o para mantener periodos de descanso nocturno sin interrupciones.
“Preocupaciones por el trabajo, por el estudio, salud, problemas económicos, enfermedad o muerte de un familiar, problemas con la pareja, malos hábitos porque no creamos un horario para dormir, hacer siestas, usar tecnología antes de acostarse como revisar redes sociales en el celular o la tableta, o comer en exceso en la noche son factores que contribuyen para que llegue el insomnio”, explica la doctora Patricia Castro, de NUEVA EPS.
Las afectaciones del insomnio se dan tanto en lo físico como en lo mental. Por un lado, está el cansancio y agotamiento por no tener una jornada continua de sueño; por el otro, está la falta de atención y desconcentración en las actividades diarias. Ambos casos pueden ser la causa de errores o accidentes.
La doctora Patricia añade que si el insomnio llega a estos niveles es hora de acudir al médico. En NUEVA EPS trabajamos para que la salud mental de todos nuestros afiliados sea óptima y no sea la causa de indisposición o desmejoramiento de la calidad de vida.
“Solicitar una cita con el médico para que pueda buscar la causa y así tratar el insomnio. En la actualidad existen muchos tratamientos para mejorar el sueño. Sin embargo, la persona que padece de insomnio puede hacer algunos cambios en sus hábitos como crear un dormitorio agradable, mantener un horario habitual, usar ropa cómoda, minimizar la luz y el sonido en la habitación”, sostiene la especialista.
En sentido similar, se recomienda evitar el exceso de bebidas con alto contenido de cafeína y el consumo de tabaco. Lo que sí se puede hacer es realizar una actividad física, leer o escuchar música suave a la hora de acostarse con el fin de despejar la mente y darle paso al descanso.
Si tu hijo tiene insomnio puedes ayudarlo estableciendo un horario para acostarse y despertarse a la misma hora todos los días, incluso los fines de semana.
Irritabilidad, depresión, ansiedad o incluso abuso de sustancias buscando reparar el problema del sueño son algunas de los comportamientos que suelen presentarse por cuenta de los periodos de desvelo que alteran el ciclo del sueño.
Para la doctora Patricia estas modificaciones también tienen incidencia en enfermedades como la hipertensión arterial alta o afecciones coronarias. “En este caso, se debe pedir ayuda médica para identificar las causas de los problemas para dormir y cómo se pueden tratar. En la consulta puede analizarse si algún medicamento prescrito está contribuyendo a esa situación”, agrega.
En su edición de noviembre de 2020, la Revista Peruana de Medicina Experimental y Salud Pública detalla que el insomnio puede ser crónico o de corta duración. El primero se caracteriza por estar presente “por lo menos tres veces a la semana durante un periodo de tres meses”. (Lea el estudio ingresando acá).
La segunda clasificación se asocia, dice la publicación, a una situación que genere algún tipo de estrés en las personas y por una “incertidumbre permanente ante el posible contagio de COVID - 19, exacerbado por la información emitida en los medios de comunicación y redes sociales”.
En el Macondo de García Márquez el insomnio llevó a que sus habitantes se olvidaran de las cosas: “empezaban a borrarse de su memoria los recuerdos de la infancia, luego el nombre y la noción de las cosas, y por último la identidad de las personas y aun la conciencia del propio ser, hasta hundirse en una especie de idiotez sin pasado”.
Como la realidad, en ocasiones, supera la ficción es mejor no dormirse con el insomnio y acudir a su IPS ante cualquiera de estas señales. Dulces sueños.