
Hace tres años se publicó un estudio que precisaba cómo era la anatomía interna de la nariz de los neandertales, nuestros antepasados que habitaron la tierra 40.000 años atrás. Gracias a esa investigación se estableció la forma en la que este grupo superó las heladas profundas y los climas hostiles de la última glaciación.
Y la respuesta fue la respiración, según quedó consignado en el documento publicado en revista científica PNAS (Proceedings of the National Academy of Sciences). “La aclimatación nasal garantizó el buen funcionamiento del aparato respiratorio y protegió al organismo de infecciones”, dice el estudio.
En nuestra era ya no requerimos esa aclimatación nasal para evitar infecciones. Todo es más sencillo y más aún si estamos en casa donde debemos tener una adecuada higiene respiratoria para protegernos entre todos.
“Higiene respiratoria no es nada distinto a evitar la propagación o aspersión de lo que son secreciones llámese mocos o saliva al ambiente y evitar también lo que es la contaminación de las manos y la personas que la producen”, explica María Castilla, médico de NUEVA EPS.
Por ejemplo, imaginen que hay diez personas en un espacio cerrado con poca ventilación y solo una de ellas tiene una infección respiratoria. Si ese individuo no acata de manera rigurosa todas las medidas de bioseguridad, a la media hora esas diez personas ya se habrán contagiado.
Esto sucede porque las microgotas que expulsa de su boca contaminan las superficies físicas que luego son tocadas por las demás personas. Para evitar esto en casa, debe hacer un adecuado lavado de manos, con abundante agua y jabón. Puede, también, usar un gel que contenga alcohol o con una sustancia que sea diseñada especialmente para las manos, frotando muy bien las palmas, el dorso y la piel entre los dedos.
Dice la doctora Castilla que “adicional a todo ello debemos hacer un uso adecuado del tapabocas, es decir, que cubra nariz, boca y mentón. Si va a estornudar o toser debe hacerlo en el pliegue del codo o usar un paño que debe ser desechado inmediatamente y eliminado en el lugar dispuesto para tal fin”.
Los síntomas más frecuentes de una infección respiratoria son fiebre, tos húmeda o seca, congestión nasal con o sin secreción, dolor de garganta, de cabeza, ronquera, en el peor de los casos, dificultad respiratoria.
En NUEVA EPS estamos a disposición de todos nuestros usuarios para ofrecerles un plan integral para su salud, por eso ante cualquier síntoma de indicio de una infección respiratoria acuda a su médico y explíquele las señales que presenta para tener un diagnóstico completo y acertado de su condición.
Una de las causas por las que estas infecciones atacan el organismo obedecen a la poca ventilación que tenemos en casa. Tener ventanas abiertas ayuda a que circule el aire por nuestro entorno evitando la acumulación de microorganismos que ocasionan estos malestares.
Sin embargo, debe haber un equilibrio para prevenir que las corrientes de aire muy fría agraven la condición de la persona.
“Se debe mantener una adecuada ventilación y un sistema de renovación de aire junto con una adecuada limpieza, especialmente en la habitación donde se encuentra esa persona. Debemos eliminar todo lo que es el polvo, el moho. Evitar que esa persona esté expuesta al humo del cigarrillo o la chimenea. Si reside en zonas con temperaturas muy bajas hay que mantenerse bien abrigados”, añade la doctora Castilla.
Si seguimos estos consejos y los mezclamos con la adecuada alimentación e hidratación se puede tener un mejor control de la higiene respiratoria en casa. Siga las recomendaciones de su médico y no se tome medicamentos por cuenta propia.