
La paz comienza con una sonrisa. La frase es de la Madre Teresa de Calcuta (1910 – 1997) y sirve para ejemplificar por qué es importante tener una buena salud oral en cualquier etapa de la vida. Esos cuidados e higiene de los dientes deben comenzar en los primeros años de vida con la aparición de la dentadura inicial.
Los primeros dientes salen a partir de los seis meses de vida y esto puede generar malestares en el bebé. Pero, tranquilos, papás, esto es normal. Así lo explica Jana Onzaga, odontóloga de NUEVA EPS, quien aclara que lo fundamental es diferenciar estos síntomas de los signos de otras enfermedades que pueden aparecer en esa edad.
“Con la aparición del primer diente hay un cambio en el ecosistema de la boca. Al tener nuevas superficies dentales, las bacterias aprovechan y colonizan esas superficies. Por eso en esas zonas de erupción pueden presentarse infecciones leves, fiebre, enrojecimiento, picor, babeo, olor. También puede haber diarrea y malestar general”, señala Onzaga.
Una parte de los cuidados en esta etapa es la alimentación. La leche materna es vital y a partir del sexto mes de vida empezar una dieta sólida. En los años siguientes es fundamental evitar el consumo de azúcares procesados, golosinas y productos de paquete pues ayudan a la propagación de las caries.
El cepillado de dientes también debe estar presente en los primeros años y son sus padres quienes deben enseñarle cómo hacerlo de manera adecuada. Motivar al niño y felicitarlo por este hábito es necesario para reforzar un comportamiento positivo.
La doctora Onzaga sostiene que “padres y cuidadores son responsables de la limpieza. No los niños. En los bebés pueden limpiarse todas las superficies de los dientes con una gasa o cepillos de dedo que se consiguen en el mercado. También hay cepillos para cada etapa del niño que tengan cerdas suaves y mango grueso y deben cambiarse cada tres meses”.
NUEVA EPS te invita a que preguntes en tu IPS por la campaña de aplicación del flúor en barniz para niñas, niños y adolescentes a partir del primer año y hasta los 17 años de edad.
El flúor en barniz se aplica en los dientes como un esmalte, actúa como una capa protectora y ayuda a controlar la caries hasta por seis meses. Esta aplicación se hace por lo menos dos veces en el año.
Es importante una alimentación completa evitando azúcares procesados o golosinas, porque se pegan a la superficie de los dientes haciendo que se presenten más caries.
La primera dentadura aparece, como ya se dijo, a partir de los seis meses y puede durar hasta los ocho años, aproximadamente. A partir de los nueve años se inicia el periodo de transición para los dientes permanentes. Este periodo de mudanza puede tardar hasta dos años y es la época en la que ya se ven los premolares y los caninos, también llamados colmillos.
Los dientes temporales, sin embargo, también deben tener una buena higiene y a partir del primer año de vida se puede usar una crema dental que tenga una concentración de flúor de mil partes por millón, según la recomendación que hace la Organización Mundial de la Salud. Esa proporción viene marcada con las siglas ppm y aparece en cada empaque.
Con respecto a la cantidad, la doctora Onzaga enfatiza que “el tamaño similar a medio grano de arroz es el indicado para niños de cero a tres años. De tres años en adelante como un grano de arroz y sobre los seis, como una lenteja. La crema se debe poner dentro de las cerdas del cepillo y no se debe mojar con agua”.
En esta etapa también debe comenzar el acercamiento con los consultorios odontológicos, lo ideal es hacerlo tras la aparición del primer diente. De esta forma, el pequeño se va acostumbrando y ayuda a que su experiencia no sea traumática.
Sigue estas recomendaciones y tus hijos crecerán con una dentadura que deslumbrará en cualquier escenario. Ayúdalos a que tengan una buena higiene oral y guíalos sobre cómo hacer una limpieza adecuada de sus dientes. Te lo agradecerán con una sonrisa.