
Todos en algún momento de nuestras vidas hemos presentado síntomas como diarrea, fiebre, dolor de cabeza, vómito o dolencias musculares. Ante estos, hemos caído en el mal hábito de recurrir a algún familiar, amigo, vecino o, en estos tiempos de auge digital, a internet, para saber qué medicamento se debe tomar. Sin embargo, es importante reconocer que automedicarse puede atentar contra nuestra salud.
Lo anterior, se sustenta en que, por un lado, existe la posibilidad de que se presenten daños secundarios al tomar medicamentos que nos han sido prescritos por un especialista, ya que no se han realizado los diagnósticos necesarios para saber la causa de los síntomas o padecimientos.
Por otro lado, expertos señalan que no todos los organismos son aptos para algún tipo de medicamento, causando intoxicaciones, alergias, daños en el organismo o, en el peor de los casos, la muerte.
La preocupación en los organismos de salud se incrementó por cuenta de la COVID 19, ya que surgieron una serie de presuntos tratamientos, que involucraban la ingesta excesiva de medicamentos, sin ningún tipo de justificación científica médica.
Un reciente informe de la Secretaría Distrital de Salud encontró que, durante el segundo trimestre de 2020, en Bogotá, se presentaron 173 intoxicaciones por fármacos, siendo el mayor porcentaje de estos eventos por el uso de acetaminofén (16.8%), benzodiacepinas (8.7%) y tramadol (4.0%).
La automedicación no es otra cosa que el uso de medicamentos de manera voluntaria o por recomendación espontánea, sin la prescripción, intervención o supervisión de un especialista, para el manejo de patologías básicas.
Aunque en ocasiones puede considerarse inofensivo para el manejo de síntomas menores cómo dolor de cabeza, muscular y fiebre, es importante considerar que no se debe hacer en exceso, debe tener un tiempo limitado, pero sobre todo que, ante cualquier sintomatología, lo mejor es buscar asesoría médica.
Para entender sus perjuicios, NUEVA EPS, por medio de la alianza que tiene con la Universidad de Antioquia, consultó con el Dr. Julián Humberto Ramírez Urrea, Médico Internista y jefe del Departamento de Medicina Interna de la Facultad de Medicina, sobre el verdadero peligro de esta situación.
En lo primero que enfatizó el especialista fue en precisar que si bien “los medicamentos son herramientas muy poderosas para tratar las enfermedades, también pueden ser muy perjudiciales para la salud”.
Y es que hay factores determinantes que precisamente son considerados por los profesionales en la formulación “cuando hacemos una prescripción de medicamentos, los médicos consideramos género, talla y peso, condiciones de salud previas, pero más importante aún, el diagnóstico preciso de la enfermedad que requiere un tratamiento indicado”, aseguró el Dr. Martínez Urrea.
Así las cosas, también reiteró los verdaderos riesgos de la automedicación y dio un ejemplo de los fármacos que habitualmente son los más usados.
Los riesgos de la automedicación son fundamentalmente: agravar la enfermedad que se padece, ocultar las manifestaciones de la enfermedad que se tiene y generar daño colateral en otros órganos como el sistema gastrointestinal, sistema excretor, renal y sistema cardiovascular.
Los medicamentos que tienen mayor riesgo con la automedicación son los antiinflamatorios no esteroideos (AINEs: incluyen medicamentos como el ácido acetilsalicílico, ibuprofeno, indometacina, diclofenaco, piroxicam), los antigripales, los antibióticos, los analgésicos y los corticosteroides como la prednisolona, betametasona y dexametasona, entre otros.
En realidad, la automedicación no debería ser realizada, ni siquiera por los médicos cuando se enferman. Siempre que una persona se enferme, debe consultar a su médico para que sea él quien ordené el tratamiento más apropiado. Se sabe que cada vez más los medicamentos son una causa de muerte importante, siendo la séptima causa de mortalidad en el mundo y esto en los casos en que los medicamentos están supuestamente bien prescritos.
A partir de lo anterior, es fundamental aprender que la ‘fórmula mágica’ no está en nuestros botiquines y que sí en verdad queremos autocuidarnos, lo más recomendable es consultar a los especialistas.