
La artritis reumatoide es una enfermedad crónica que se presenta tanto en hombres como en mujeres, aunque es más frecuente en el género femenino. Puede manifestarse en cualquier época de la vida, sin embargo, suele comenzar en la edad mediana y es más común entre los adultos mayores.
¿En qué consiste?
Se trata de una enfermedad autoinmune, es decir, el sistema inmunitario se convierte en agresor y ataca a los tejidos sanos. También existen factores hormonales que podrían causar la aparición de la enfermedad, derivados de la obesidad, el tabaquismo y el estrés, principalmente en personas genéticamente predispuestas.
Se debe tener en cuenta que, aunque la artritis reumatoide puede tener diferentes manifestaciones por la afectación de diversos órganos del cuerpo, esta enfermedad se puede asociar con una inflamación dolorosa de las articulaciones, principalmente de los dedos de las manos, las muñecas, las rodillas, los pies, los codos, los tobillos, la cadera y los hombros.
Dicha inflamación se presenta, usualmente, en horas de la mañana o después de periodos prolongados de inactividad. Comúnmente, afecta las articulaciones en ambos lados del cuerpo por igual. Otro de los signos característicos de esta patología es la rigidez matutina de las coyunturas afectadas.
Cifras de la enfermedad en el país
La prevalencia de artritis reumatoide en Colombia es de 0.2 casos por cada 100 afiliados, para el caso de NUEVA EPS es de 0.22 casos. Bogotá, Eje Cafetero y Valle del Cauca, son las regiones que concentran mayor número de usuarios con este diagnóstico.
NUEVA EPS tiene 12.060 usuarios con diagnóstico de artritis reumatoide, de los cuales 10.544 se encuentran recibiendo medicamento para el manejo de su enfermedad.
Detección y tratamiento
Aunque hay pruebas de laboratorio que resultan positivas en la mayoría de las personas que padecen artritis reumatoide, no hay un examen específico que determine con certeza la presencia de la enfermedad.
Es así como la mayoría de las personas que la padecen, tendrán resultados anormales en algunos exámenes, pero otras personas tendrán indicadores normales en todos los análisis. En consecuencia, el diagnóstico es principalmente clínico, si bien puede soportarse en algunos exámenes de laboratorio.
Aunque no existe una cura para la enfermedad, el inicio oportuno del tratamiento, bajo la orientación de un médico con conocimiento para el manejo de esta patología, es un factor clave para frenar la progresión de la enfermedad y evitar, en la medida de lo posible, la destrucción severa de articulaciones y tejidos que deriven en una limitación de movimientos y en la afectación del paciente en el desarrollo de sus actividades diarias.
De acuerdo con cada caso, el tratamiento incluye medicamentos, fisioterapia y educación, siendo la cirugía otra de las alternativas de tratamiento en aquellos casos que corresponda corregir articulaciones que sufrieron daños graves.